diumenge, 4 de març del 2018

Quaranta




Goncharova 1914



"La tradición bíblica atribuye al diluvio el número arquetípico -cuarenta- de todos los procesos de iniciación o purificación. Así las jornadas de Moisés en el Sinaí y de Elías en su ancho ayuno, así los años gastados por el pueblo judío en su búsqueda de la tierra prometida y los días de penitencia que Jesucristo soportó en el desierto. Otros tantos se le impusieron a Nínive para pechar con la suya y contabilizaron los cátaros en sus ritos de mortificación. Los nascituros se alojan durante cuarenta semanas en el vientre de sus madres. Cuarenta horas permaneció el Redentor eal abrigo de su sepultura y cuarenta días prolongó la resurrección. El mismo decurso asigna el tantra a las prestaciones de la mujer. Y la cuarentena sanitaria de nuestros días le da respetabilidad científica al arquetipo, pero es en definitiva un proceso de purificación que se impone a los presuntos portadores de gérmenes (como lo es la supersticiosa castidad que los esposos bien educados practican hasta cuarenta días después del parto, incurriendo en una forma de expiación que remonta por lo menos al Levítico). La lista sería interminable."


Fernando Sánchez Dragó a Gárgoris y Habidis (1978).