Uccello 1456 |
"Hi ha una gran preocupació per la impressionant cavalcada d'ignorància que estem organitzant a Occident i que afecta sobretot la joventut.
D'on ve aquesta epidèmia d'un analfabetisme que sap llegir i escriure, però que ja no llegeix ni escriu?
(...)
No es pot educar sense un horitzó de valors clar. Com es pot ensenyar matemàtiques a algú sense l'amor a l'exacta veritat de les coses? Es pot parlar d'escriure bé la pròpia llengua sense el sentit ètic de la pulcritud? Les coses que s'ensenyen a qui té una estructura moral són com rierols que algun dia arribaran al mar. Contràriament, els coneixements que es transmeten a algú sense formació ètica tindran tendència a esqueixar-se: com aquells llibres mal enquadernats, amb els fulls que es deixen anar i es perden."
Gabriel Magalhaes a La Vanguardia del 25.03.2012
1 comentari:
Per si és del teu interès la cita, d'una entrevista al Jordi Llovet, La Vanguardia, 4/4/11:
"El humanismo quiere decir lo mismo en cualquier época de la historia. Carlomagno le dio un empuje inestimable en los siglos VIII-IX; los literatos provenzales, catalanes y franceses le dieron otro en el siglo XII, Petrarca y los humanistas italianos se lo dieron en los siglos XIV y XV, los philosophes se lo dieron en el siglo XVIII, y los grandes intelectuales del siglo XX –hoy cada vez más raros— se lo dieron en aquel siglo tan bárbaro. El humanismo no es ninguna utopía; sólo es una especie de meta-cronía que encuentra su momento feliz de vez en cuando, cada dos o tres siglos, y por períodos de tiempo más o menos efímeros. Queda siempre un lastre, una sazón de los logros de todo período en el que el humanismo ha sido algo valorado; y sobre esos restos, que no creo que vayan a desaparecer nunca (...) pueden edificarse todavía muchas cosas cargadas de sabiduría, de humanidad y de civismo. No cabe duda de que en estos momentos las humanidades están muy desprestigiadas (...), pero el humanismo y los clásicos siempre vuelven. Es cuestión de esperar y, mientras tanto, no bajar la guardia..."
“…no hay civilización sin lenguaje, ni siquiera sin mitos, que están forjados en el elemento verbal; como no puede decirse, en modo alguno, que las imágenes sean más eficaces, para la educación, que las palabras. Reivindicar el lugar y la dignidad de la palabra y el diálogo en la educación y en la construcción del civismo no tiene nada de novedoso: así se fundó el saber dialogal de Sócrates y Platón, así evolucionó la discusión acerca de los universales en la Edad Media, así se produjo el fastuoso desarrollo del saber durante el periodo del Humanismo, así y con este mismo elemento se elaboró la Encyclopédie, y también en el seno de la palabra surgieron Wittgenstein, Canetti, Musil o Sigmund Freud en el siglo XX. George Steiner alertó sobre la posibilidad de que la palabra, es decir, el Verbo, desaparezca del horizonte de la educación y de muchas prácticas de la vida cotidiana de las actuales sociedades, pero cuesta imaginar que se produzca algún avance en el terreno del conocimiento si la palabra se funde como una vela ante el viento huracanado del progreso y de la técnica.”
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